En una ceremonia especial se entregó la Casa del Bastón, lugar en donde tradicionalmente se encuentran los pueblos ramanucas y piococash, dos etnias sobrevivientes del pueblo chiquitano asentado en San José de Chiquitos.
El evento se caracterizó por las emotivas palabras y la tradicional música chiquitana ejecutada por flauteros y cajeros indígenas. “Me gustaría ver a mis nietos alegrarse bailando la chobena, el kitobiquish o el guatoró, tal como lo hacemos ahora”, dijo el alcalde Germaín Caballero, luego de bailar con doña Juana Pinto la canción Koriteé Basuriyó.
La obra, que fue ejecutada por la Escuela Taller de la Chiquitania, contó con el financiamiento proveniente de Ayuda en Acción, con Bs 129.000, y de la Alcaldía josesana que financió con Bs 195.000 para edificar la galería doble del patio y corredor colonial, cocina con hornos, y mesón; baños y oficinas administrativas, además de la refacción del salón principal.
Cacique
“Esta es la casa de la hermandad y la justicia”, afirmó Juan Casupá, cacique general.
Por su parte, el alcalde josesano dedicó la obra a los miembros de los cabildos Ramanuca y Piococash “para que la labor siga en favor de la conservación de nuestras tradiciones, costumbres y del patrimonio cultural intangible del municipio”
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