Friday, September 27, 2013

Calamarca deja la tierra erosionada y cambia a ser un vergel productivo

Hace ocho años, las tierras del municipio de Calamarca sufrían por la aguda erosión y la caída de sus niveles de productividad. Sus habitantes no tenían agua apta para consumo humano. Anoche mostró que es posible revertir esa tendencia y convertirse en pleno altiplano, un vergel con producción ecológica que está cambiando la vida de sus habitantes en un plan de trabajo 2004-2012.

Calamarca ingresó a un plan de sistematización de trabajo organizado por la fundación Sartawi Sayariy (Levántate y camina, en español), introduciendo otras formas de trabajo y enseñando a 230 familias técnicas para el manejo de agua, suelos, manejo adecuado del ganado vacuno, transformación y comercialización propia de productos ecológicos que hoy llegan a los mercados de Cochabamba y Santa Cruz.

En este proyecto participó activamente el Centro “Volontari Cooperazione allo Sviluppo” y la Oficina Regional de la Cooperación Italiana, cuyo representante Corrado Scroppeta, se despidió de Bolivia luego de cuatro años de trabajo con la satisfacción del deber cumplido.

El alcalde de Calamarca, Yesid Mamani, destacó la activa participación del Gobierno Municipal y sus antecesores, para mostrar un rostro de esperanza y optimismo de sus habitantes.

Mamani cuenta que hace tiempo la gente quería abandonar sus comunidades porque no había esperanza; hoy cerca de 230 familias cambian su vida cotidiana con la producción agrícola y ganadera que les permite, incluso, autoabastecerse de alimentos. Pues cuentan con un Centro Experimental de Acopio y Transformación de la Leche con capacidad para procesar 300 litros al día que asegura la venta de un producto a precio justo.

El Alcalde explicó que reciben semanalmente 8.000 raciones de yogurt para el desayuno escolar de los 32 centros educativos. Después de dos años de funcionamiento obtuvo un ingreso neto anual de 10.256 bolivianos, lo cual es poco que obliga a continuar buscando cooperación para fortalecer este centro.

Hace ocho años, en todo el municipio, no había más de 120 cabezas de ganado vacuno; hoy existen cerca de 1.042 reses y 4.094 ovinos. Se tiene 150 hectáreas dedicadas exclusivamente para el forraje y los animales reciben mejor tratamiento, porque existen 38 salas de ordeño y cuentan con 18 beberos construidos a nivel comunal.

Los responsables del proyecto destacaron la participación de las mujeres por su trabajo sin horario en las actividades agrícolas y ganaderas. 444 familias fueron beneficiadas con infraestructura, cuentan con 144 bebederos con agua apta para consumo humano para 2.109 familias que viven en la comunidad.

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