Wednesday, November 20, 2013

Villazón abre ingreso a Lípez

A menos de dos meses de realizarse la sexta edición del Rally Dakar, que por primera vez pasará por territorio boliviano (sudoeste), el municipio de Villazón ya palpita con este evento deportivo internacional que atravesará su espacio geográfico en la modalidad de motos y cuadratracks, el próximo 12 enero de 2014.

Los preparativos se van intensificando en todos los niveles. El turismo es una de ellas.

La difusión de sus principales atractivos turísticos es una prioridad regional.

La dirección de turismo del municipio de Villazón trabaja en el inventario de sus sitios y el diseño del plan para ofertar sus atractivos, además de la puesta en marcha de cada circuito y la elaboración de todos los materiales de promoción turística.

Umbral turístico

Una de las actividades importantes que ya está en preparación para los próximos 11 y 12 de enero es la realización de una feria turística donde se ofertará los atractivos más representativos de los tres circuitos (Este, Centro y Oeste) que definen a Villazón como el “umbral turístico del sudoeste boliviano.

Es más, para esa fecha también se está planificando el lanzamiento turístico comunitario de la “Ruta de los Lípez”: nueva propuesta de la iniciativa privada, que en su recorrido contempla integrar a varias comunidades de las tres provincias del sudoeste y oeste potosino: Modesto Omiste, Sud Chichas y Sud Lípez. A su vez, los municipios favorecidos serán Villazón, Tupiza, Mojinete, San Antonio de Esmoruco y San Pablo de Lípez.

Según los responsables de las operadoras de turismo Imperio Inca y Aventuras del Sur, la puesta en marcha de esta nueva propuesta –inicialmente– es mostrar toda la maravilla turística de los "impresionantes paisajes" que se encuentran en toda la frontera con la República Argentina, hasta llegar a los monumentos naturales de la Roma, una hermosa formación geológica producto de la erosión climatológica, pero bajo el concepto de turismo comunitario.

A partir de ahí, el segundo paso es llegar a las cumbres del Bonete, el salar de Uyuni y la reserva Eduardo Avaroa, pero haciendo de Villazón un pórtico de ingreso turístico.

Esta iniciativa está siendo muy bien recibida por la comunidad, porque Villazón a diario registra el ingreso de una considerable cantidad de turistas provenientes de todas partes del mundo.

Este hecho ha motivado la necesidad de diseñar y mejorar la nueva ruta.

Rumbo a los Lípez

Son las cuatro de la mañana. El motor de una vagoneta Toyota modelo 70, reacondicionado para los caminos de un todo terreno, irrumpe el silencio de Villazón, dominada a esas horas por la aura matutina.

Antes de partir se da una última y prolija inspección de las condiciones del todo terreno, llantas de auxilio, aceite, llaves, gatas, combustible con el respectivo permiso en caso de que algún agente de narcóticos lo requiera, porque está prohibido su traslado en cantidades.

Lo mismo se hace con las provisiones, la mayoría consistentes en ración seca, además de agua. Sobre las provisiones no vaya a alarmarse, pues si no ha previsto, en las comunidades por donde pasa esta ruta es posible encontrar desde servicio de desayuno, almuerzo y cena, además de hospedaje y guías locales.

Al fin llega la hora de partir. Mientras la movilidad se pierde en la tundra infinita, por una carretera en buenas condiciones. Al principio la monotonía del paisaje parece no querer ceder ante el avance infranqueable del todo terreno.

Sin embargo, súbitamente nos encontramos en un mirador natural: desde ahí el horizonte se dibujan hermosos colores y configuraciones que dan cobijo a pequeños valles dispersos, donde coexisten varias comunidades, como Berque, Chagua, Chipihuayco y Sarcari, por citar algunas.

Alfarería

Pero estas comunidades no tienen nada de común, pues la mayoría de ellas tienen su subsistencia económica en la alfarería, un oficio milenario heredado de generación en generación. Y por si esto le resultará poco, en Berque se encuentra la vasija más gran del mundo, digno de un Récord Guiness.

Después de una corta permanencia, el camino sigue tentando al viajero a descubrir más allá, donde termina el paisaje rojizo.

Una vez más nos encontramos en la tundra puneña. Caracterizada por una escasa vegetación, el lugar es por demás atractivo, pues en esta vez toca el turno de distraernos con las vicuñas que pastan junto a las ovejas y llamas. Y en la infinita pampa, lejos del alcance de nuestras cámaras, sin inmutarse por la presencia humana uno a dos ñandús o atraviesan el horizonte.

Con la emoción y las ganas de retratarlas, sin darnos cuenta estamos en territorio argentino, pues un hito ubicado sobre una colina nos advierte de este pequeño percance, pero no hay porque preocuparse, aquí la convivencia entre ambos países es bastante pacífica. Además, la mayoría de las comunidades, tanto argentinas como bolivianas, al parecer tienen doble nacionalidad. Bueno, eso es un secreto a voces, conocido por todos.

*Director de la revista de turismo "Destinos".

Antesala de Los Lipez

Después de unas tres horas de viaje desde Villazón, incluida las paradas, nos encontramos en otro mirador natural de características sorprendentes llamada "el tirabuzón", pero ya en territorio de Tupiza. Dominado por el río San Juan del Oro, de norte a sur y de este a oeste, el lugar es sencillamente encantador.

Tan hermoso es el lugar, que ni el mal estado del camino, bajando desde el mirador hasta el río, parece preocuparnos. El paisaje tiene toda la diversidad de tonos rojizos, blanquecinos, amarillentos y otros colores más vistosos.

A todo ello se suman las configuraciones curvilíneas de los cerros, dominado en el horizonte por el imponente Bonete. Todo ello gratifica cualquier esfuerzo. Y eso que apenas es el principio de toda una aventura.

El paisaje parece ser único, por más que atravesamos un cerro tras otro, la belleza natural nos acompaña en todo el trayecto.

No podemos dejar de mencionar la hermosura del paisaje argentino y sus colosales formaciones geológicas que permanecen gran parte del recorrido hasta llegar a las comunidades de Casa Grande, Florida y Quillacas.

Visitar estas comunidades es otra historia, porque al margen de sus vistosas viviendas típicas, el civismo se respira en cada una de sus calles y en su gente, quienes sin necesidad de ordenanzas y demás imposiciones, todos los días de la semana izan la bandera boliviana en lo alto de un mástil, sentando soberanía nacional. Sin duda, un acto digno a ser imitado.

El final de la aventura termina en la Roma de los Lípez, previo a ello, la noche pasamos en la comunidad de Río Seco. Al día siguiente, el trayecto que depara de Río Seco a Roma es vivir otra aventura jamás imaginada.

Sitiada por una infinidad de rocas en formas monolíticas, debido a varios años de proceso de erosión, el paisaje es único.

El cherry de la torta es la emblemática Roma de los Lípez, una formación geológica que en su lenta erosión, desde hace cientos de años, ha logrado esculpirse curiosas formas muy parecidas a las columnas de la arquitectura romana, de ahí su nombre.



Caminos en mal estado

El descenso hasta el río San Juan del Oro es único, por la belleza del paisaje, pero no se puede decir lo mismo del camino, ya que éste se encuentra en pésimas condiciones.

Las comunidades de esa zona fronteriza con la Argentina piden que ese camino sea arreglado porque actualmente su transitabilidad es imposible. Según los comunarios, tanto los que pertenecen al municipio de Tupiza, como Valle Rico o Chuqui, por citar entre algunos; asimismo, los de Mojinete, Casa Grande, Florida, Quillacas y Río Seco, que pertenecen a otros municipios, piden que la Gobernación de Potosí se haga cargo del arreglo de este tramo, y al mismo tiempo habiliten el puente vehicular.

Con la mejora del camino y la habilitación del puente, los campesinos no sólo podrán sacar sus productos a Villazón, sino que tendrán mayores facilidades a la hora de captar el interés de los turistas. Además, gran parte de estas comunidades han sido capacitadas para ser guías de turismo.

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