Durante años estas plantas medicinales fueron un secreto de la región en su uso, pero ahora es parte del criterio turístico que promocionan junto a las autoridades que pretenden explotar la sabiduría de los habitantes que viven alrededor del nevado.
Al parecer, el manejo de las plantas medicinales no solamente se circunscribe a los callawayas del sector norte paceño, sino a lo largo de las comunidades del altiplano se expandieron los conocimientos y el tratamiento cuyo beneficio, por lo general, es para contrarrestar el conocido mal de altura, reumatismo, tos, mal de los riñones, pulmonía y otros que son a causa del frío de la región altiplánica.
Por ejemplo el Chachacoma que solamente crece en cordilleras y en el frío, son totalmente mineralizadas y propias de tierras volcánicas, esta planta medicinal es buena para el mal de altura, tiene ciertas temporadas para aparecer en el Parque Nacional Sajama, también por Tambo Quemado, en la frontera de Bolivia con los chilenos que toman en mate.
Según la subalcaldesa del Sajama, Roci Alcón Espinoza, las queñuas, árboles milenarios que pueden crecer hasta los siete metros en más de 150 años, posee el arbusto una cáscara (color té) se toma en infusión y es bueno para los riñones, ya que el mismo es diurético y lava el sector infectado.
El jazaso, esta hierba solamente se la puede encontrar en lugares muy altos de los cerros y por lo general se recolecta para curar la tos, dolor del estómago, sin embargo las características medicinales de las hierbas del Sajama, por lo general, están dirigidas a curar los resfríos.
La thola o ñaka-thola se la puede tomar en mate y es un arbusto mediano que crece por la región del Sajama y casi todo el altiplano. Pero existe otras como la khoa-tola es buena para la fracturas de huesos e incluso expuestas hace curar, porque es como miel, pues cuando se la muele y se coloca a lugar de la fractura y dentro un mes o dos meses sana el sector afectado.
OTROS RUBROS ECONÓMICOS
El Sajama, si bien vive del turismo y sus plantas medicinales, también cuenta con ganadería de camélidos como: llama y vicuña. Este rubro es el más antiguo, ya que las comunidades alrededor del Sajama son ganaderos, luego recién ingresaron al turismo desde hace unos 45 y esa actividad es fomentada actualmente.
“La cordillera Parinacota y el Sajama son muy ‘celosos’ pues a veces no deja que los turistas escalen sus cerros y comienza a ventear, llover o nevar, por eso dicen que hay que pedirle permiso y hablarle para que acceda la gente a sus faldas o picos. Este tema es muy sagrado para nosotros, pero el turismo es una buena alternativa para los comunarios del Sajama”, sostiene Alcón.
Agrega, que el interés de los pobladores es darle mayores alternativas a los turistas “por ejemplo si el turista desea pastear llamas, sembrar u otras actividades lo puede hacer y compartir con nuestra gente como esquila, la quillpa y otras”.
Hay un aspecto que muy poco se conoce, son los lagos de altura, lugares paradisiacos y estos solamente se encuentran en medio de los nevados y son los guías encargados de llevar a los turistas.
Estos lagos están al noroeste en dirección a la frontera, debemos caminar por senderos y al menos unas tres horas desde el Sajama, pero en pleno frío. Por ejemplo, los turistas en esos lagos se quedan durante dos o tres días, otros ingresan y salen durante el día.
En los últimos años, la frecuencia de turistas ha crecido al Sajama, pues se tiene registros que visitan entre 3.000 a 4.000 turistas por año y se mantiene, sin embargo, esto preocupa a las autoridades, ya que como nunca ahora se implementaron hoteles, albergues, hospederías con todos los servicios. Sin embargo, las universidades ya no visitan como ocurría antes, con fines científicos y esto ha disminuido la presencia de turistas bolivianos.
Averiguamos si los costos del hospedaje eran altos o los alimentos, pero la autoridad indica que se tiene hoteles desde 25, 80, 400, 450 bolivianos.
Respecto de la comida, los almuerzos están desde los 12 bolivianos, siendo el plato de la región el famoso charquekán de llama, aunque se cocinan platillos como la wathia chicharrón de llama muy propia de la región o bastión de la frontera boliviana.
PROBLEMA CAMINERO AL SAJAMA
Uno de los problemas que tiene el Sajama es la articulación caminera, el camino es de arena: “Nos falta trabajar mucho en este aspecto con la autoridades de la Gobernación de la ciudad de Oruro. Entiendo que el ripiado de la carretera al Sajama está paralizado, esto nos puede beneficiar demasiado, porque el turista se va a Uyuni, sale a Oruro y la idea es que ingrese a las poblaciones del Sajama, porque ahorraría tiempo de viaje, si contamos con carreteras en buen estado”, indicó finalmente la Subalcaldesa.
Con la edición de hoy concluimos nuestra visita a la región del norte orureño, reflejando su forma de vida e inquietud de la Secretaría Cultura y Turismo del Gobierno Autónomo Departamental.
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