Si bien Poopó fue creado durante el gobierno de José Manuel Pando mediante Ley del 16 de Octubre de 1903, el legado que encierra data de mucho antes, incluso que la conquista.
Sin embargo, hoy en día se puede observar en sus calles aquellos vestigios, aún de pie y sobreviviendo al maltrato de tiempo. A Poopó se la distingue de lejos, cuando el viajero llega allá, por las chimeneas de ingenios coloniales que la hacen diferentes y rompe con el paisaje altiplánico.
La capital es conocida como Villa Poopó y a sus alrededores la naturaleza le regaló aguas termales que son aprovechadas por los visitantes, quienes tratan allí una serie de enfermedades por sus virtudes curativas. Asimismo, se observan templos coloniales, pinturas rupestres y hasta hace muy poco el lago Poopó era uno de los principales atractivos, hoy prácticamente condenado a un final sin retorno. Allí la vida decidió abandonar el lugar, además de permitir que solo exista desolación y desesperanza ante la vaciedad humana.
Aquella región tiene un patrimonio intangible que muchos envidian, es cuna de grandes artistas y principalmente músicos, quienes desde el siglo pasado crearon con su talento expresiones que hoy recorren el mundo entero, y nos referimos a sus bandas de música.
Poopó continuará viviendo en la memoria de sus naturales, quienes trabajan con ahínco para algún día alcanzar aquel sueño de ser una tierra pujante como lo era en otrora.
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