Acababa de almorzar y se aprestaba a descansar para luego volver a su chaco, pero su reposo se convirtió en una pesadilla para Edil Sánchez, de 39 años, uno de los pobladores de la comunidad indígena Momené, en el municipio de El Puente, provincia Guarayos. En cuestión de segundos, el fuego llegó a su terreno y amenazaba con consumir su vivienda de techo de paja y un pequeño quiosco de madera que tiene sobre la carretera. Edil alertó a sus vecinos y entre todos ayudaron a salvar sus pertenencias.
La quema ocurrió ayer, en esta comunidad indígena, donde el fuego ingresó a los chacos y estuvo a punto de arrasar con tres viviendas, pero la unión de los pobladores evitó la tragedia.
Edil logró sacar su heladera, camas y cocina de su vivienda, otros se dirigían a una de las dos bombas comunitaria para llenar baldes y galones con agua para aplacar el fuego, que con el viento se propagó rápidamente
Mientras todos se concentraban en salvar la vivienda de Edil, una chispa saltó al techo de la precaria casa de barro y motacú de María Iraori. Entonces los vecinos se dividieron para socorrer a la mujer, que intentaba salvar su cocina y sus camas.
Al igual que Edil Sánchez, María Iraori perdió todas sus pertenencias en 2010, también producto de un incendio. “Nos quedamos en la calle y con la ropa del cuerpo; por eso nos trasladamos a esta casita, y ahora estuve a punto de perderla nuevamente por el fuego”, dijo esta mujer, que es viuda y madre de ocho hijos.
Sixta Tabaronida, madre de 11 hijos, también vivió un susto ayer. Con machete en mano ayudó a evitar que el fuego consuma su vivienda y la de sus vecinos. Sixta sabe lo que es luchar contra el fuego, porque en 2010 fue una de las afectadas.
Los pobladores de Momené, con esfuerzo, han logrado reconstruir sus viviendas con techo de paja. “Tendremos que cambiar los techos de paja por calamina, pero no hay dinero, la calamina es caliente y aquí hace mucho calor”, dijo Sixta.
Llovió en varias zonas
A diferencia de El Puente, donde se beneficiaron con una lluvia, en esta comunidad indígena no cayó ni una gota de agua. Por el contrario, el calor es sofocante y el sol, abrasador.
Por si esto fuera poco, en los chacos y parcelas se pueden observar muchas hojas y paja seca, lo que se convierte en combustible vegetal, que puede desencadenar en un incendio forestal.
Dery Gallardo, ingeniero forestal, encargado de medioambiente, informó de que entre los incendios de gran magnitud están el de Yotaú y otro que puso en riesgo las comunidades de San Julián 2 y Chocolatal.
Recomendación
Eber Menacho, director de Recursos Naturales de la Gobernación, pidió a las personas que hagan las quemas a primera hora de la mañana o al finalizar la tarde, cuando la temperatura baja y la intensidad de los vientos disminuya. De igual manera hacer los cortafuegos, que permite controlar las llamas.
Los focos de calor bajaron con la lluvia que cayó en algunas zonas y porque la gente quema más en fines de semana. Ayer por la mañana el Sistema de Alerta Temprana de Incendios Forestales (Satif) registró 17 quemas, pero el sábado anterior anotó el registró más alto con 547 focos
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