Monday, April 22, 2013

NIñOS DEPORTISTAS DE IRPA IRPA A 66 kilómetros del sueño

Equipo provincial. Hace tres años el sueño de un profesor y un grupo de niños comenzó a tomar forma.

Después de mucho esfuerzo se organizó el equipo de voleibol; hace dos años participa en la liga departamental.

La luz tenue del coliseo de la Unidad Educativa Jaime Méndez, -ubicada en Irpa Irpa-Capinota a casi 70 kilómetros de la ciudad de Cochabamba-, no empaña el deseo y las ganas de unos 40 alumnos de practicar su deporte favorito, el voleibol.

Ellos se dan cita en este espacio deportivo dos veces por semana, lunes y jueves, después del toque de timbre de salida de clases; más o menos desde las 17:40 hasta las 19:20.

Dos días de entrenamiento que los jóvenes deportistas esperan con ansias; puesto que, el voleibol, -como cualquier deporte-, llega a ser un tanto adictivo. En el buen sentido de la palabra.

Al ingresar en el coliseo, el rebote seco de los balones golpeando el piso, las palmas de las manos que hacen contacto con el cuero de las pelotas crean el típico sonido ambiente de una cancha deportiva; y claro que de fondo, se escucha el silbato del profesor dando instrucciones, para que los niños se desplacen y contesten adecuadamente, complementando la escena.

“Vamos chicos. Levanten las rodillas. Golpeen fuerte. No dejen caer la pelota”, son algunas de las frases que se escuchan en todo el coliseo. Juan Churqui Quispe, de 33 años, es el profesor de educación física que encabeza este proyecto.

“Llegué hace tres años y lo primero que me sorprendió es ver que los niños estaban encauzando sus vidas hacia lo negativo. Había niños que consumían bebidas alcohólicas”, reflexiona Churqui.

¿POR QUÉ VOLEIBOL?

La mayoría de las escuelas y los colegios en las provincias cochabambinas cuentan con respetables selecciones de fútbol; pero, casi nadie practica el voleibol.

“El reto era lograr que los chicos se interesen por este deporte. Empezamos la escuelita con 15 niños, -más mujeres que varones-, pero con el paso del tiempo los menores comenzaron a animar a sus amiguitos; y es así como comenzamos a crecer”, comenta Juan Churqui.

Antes de pensar en competencias, el profesor debía trabajar arduamente con los niños, para que asimilen la técnica y los principios básicos de esta disciplina deportiva.

PRIMEROS PASOS

“Mis niños comenzaron a entrenar con lo que tenían, en algunos casos ni siquiera un tenis, simplemente un par de abarcas. Aún ahora, para ellos es un logro conseguir la indumentaria básica (tenis, pelota) para entrenar”, asegura el profesor Churqui; pero el interés y empeño es más fuerte.

Cuando Churqui desarrolló las bases de un posible equipo, el profesor comenzó a soñar con competir en la ciudad y contagio sus sueños a otros. Es así como un grupo de madres de familia se unió a él.

“No teníamos nada y tampoco los recursos económicos, pero sí el deseo que apoyar a nuestros hijos. Comenzamos con lo básico, nos reuníamos en la noches para tejer una red de volibol, que luego reemplazamos con una a medio uso que compramos con los fondos que recaudamos”, relata Lilian Herrera.

Franklin González Pérez, director del establecimiento “Jaime Méndez” señala que las escuelas son los núcleos de la práctica deportiva; pero que en los centros educativos de bajos recursos, las condiciones no son las mejores.

No hay presupuesto para la adquisición de material deportivo y la Alcaldía de Irpa Irpa sólo entrega una pelota por año, lo cual es insuficiente. González señala que el único apoyo que él, como autoridad educativa, puede brindar es prestar los ambientes del coliseo para los entrenamientos.

Como tampoco tenían balones, cada padre de familia fue comprando uno para su hijo, ahora acuden a cada entrenamiento con su pelota o se prestan una de algún familiar”, asegura Lilian Herrera.

Carmen Tastaca, de 39 años, relata que las madres de familia se organizaron para realizar varias actividades, como ser: rifas, venta de comida o api con pastel; para que el equipo pueda dar el segundo paso, y que los niños vayan a competir a Cochabamba.

HOmBRES NO...

Pero ese no fue el primer obstáculo; el equipo tuvo que romper con muchas barreras. En primera instancia se tuvo que poner mucho empeño para captar más varoncitos, porque la mentalidad de algunos padres de familia estaba cerrada y sólo querían que sus hijos practiquen el fútbol.

“Algunos padres se resistían a mandar a sus hijos al entrenamiento, porque decían que era un deporte exclusivo para niñas”, cuenta Lilian Herrera, cuyo hijo de 12 años participa de esta escuela deportiva; pero con el paso de los meses el ímpetu deportista de los chicos venció los tabúes sociales.



voleibol provincial en la liga

El primer año que la escuelita de voleibol de Irpa Irpa participó en la Asociación Departamental de Voleibol Cochabamba (ADVC), fue muy significativo.

“El primer día, nuestros niños estaban temerosos. Ir a la ciudad era todo un cambio, pero sus caritas estaban rebozando de alegría” afirma Lilian Herrera.

De acuerdo al testimonio de otros padres este cambio fue muy significativo en la vida de estos jóvenes deportistas; puesto que a partir de ese momento tenían otra visión de la vida, porque hasta ese entonces los niños no habían salido de provincia.

“Realmente se notó el cambio. Es verdad lo que dicen, los chicos de pueblo son tímidos y les cuesta socializar; pero, después de dos años de ir a la ciudad han cambiado, hasta su personalidad porque ahora son más seguros de sus acciones y se desenvuelven mejor. Llevarles a Cochabamba ha sido una experiencia positiva”, afirma Herrera.

Padres con corazón deportista

Pero este emprendimiento no hubiera sido posible sin la colaboración de los padres de familia, quienes se organizan semanalmente para acompañar a la delegación, aunque no todos participan.

“No todos los papás están comprometidos; pero en cambio hay un grupo de mamás que siempre está colaborando”, dice Juan Churqui.

El viaje a la ciudad demora, en promedio, una hora y 15 minutos, tanto de ida como de vuelta; por lo general, la delegación se acomoda en tres minibuses, donde van ocho niños y una mamá por movilidad.

Cada uno de ellos debe ahorrarse 18 bolivianos para su estadía, que sólo contempla el transporte, sin tomar en cuenta los gastos de alimentación, refrigerios y el pago de los arbitrajes. Un monto que casi es imposible de reunir y que debe ser cubierto de alguna manera; por lo general, son los padres que aportan con un poco más, pero no siempre pueden juntar el monto.

Esta situación enfrenta al equipo con la disyuntiva de seguir participando con los dos equipos habituales, ya que no pueden costear el gasto de 18 niños.

También son ellos los que se movilizan para realizan las gestiones de padrinazgo para las poleras o en algunas ocasiones brindan sus movilidades particulares para transportar a parte de la delegación.

Una vez en la ciudad, se dirigen al Coliseo de la Costanera donde esperan toda la tarde sus diferentes encuentros deportivos.

“Aún no hemos ganado, pero los niños tienen la ilusión de seguir viniendo a sus competencias”, señala Juan Churqui.

muchos quedan en el camino

Los más animados en impulsar a sus hijos para que participen del campeonato de la ciudad son los papás de los chicos nuevos, aquellos que compiten en la categoría pre minis y minis, y los más grandecitos no cuentan con ningún tipo de apoyo, asegura Juan Churquis.

Por eso, algunos niños ya ven la manera de ahorrarse, incluso algunos trabajan en sus ratos libres, pero ese esfuerzo no alcanza para cubrir los gastos de todo un equipo. “Tengo chicos y chicas de 14 a 16 años que están esperanzados de poder participar de la liga en la ciudad”, enfatiza el profesor.

PRIMEROS LOGROS

Todo en la vida tiene su recompensa, los niños y niñas de Irpa Irpa están mucho más fogueados; gracias a ello, el año pasado calificaron para participar en los primeros juegos deportivos plurinacionales de ciclo primario en Cochabamba.

Ambos equipos compitieron junto a 12 delegaciones de la circunscripción 30 del Valle Alto. Y fue allí donde estos jóvenes deportistas pudieron demostrar su garra en la cancha; puesto que el equipo masculino ocupó el primer lugar, mientras las niñas quedaron con el segundo sitial.

Las personas interesadas en colaborar con este grupo de pequeños deportistas contactarse con Juan Churqui al celular 65715657.

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