Saturday, June 21, 2014

Micaya mejora la producción agrícola en comunidad

Tatiana Sanabria / Municipio de Colquencha, La Paz
Gualberto Castro define a Micaya como "un pueblo pequeño, pero activo para el trabajo”. Como miembro de esta comunidad -ubicada en el municipio de Colquencha, provincia Aroma de La Paz- forma parte de esas largas jornadas laborales, donde 85 familias toman protagonismo en el desarrollo y mejora de la producción agrícola.
Si bien el trabajo comunal es una de las herencias ancestrales de esta población, el manejo de recursos naturales y la implementación de carpas solares para la producción de hortalizas son prácticas que vienen realizando con éxito desde hace tres años.
"Todos trabajamos de forma colectiva en el campo, salimos a sembrar y cosechar; lo que producimos beneficia a las familias de la comunidad”, explica Castro, uno de los dirigentes de Micaya, mientras señala la última cosecha de papa puesta bajo el sol para que se deshidrate.
La mejora en la selección de semillas de papa, el manejo ecológico del agua y la tierra, y la introducción de verduras como espinaca, lechuga, zanahoria, betarraga, repollo y cebolla son iniciativas productivas impulsadas por el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), regional Altiplano.
El objetivo de esta institución es promover la producción agrícola ecológica con la recuperación de saberes ancestrales y desarrollo de innovaciones tecnológicas que les permitan mejorar su producción, destinada, principalmente, al consumo familiar.
Humberto Ortuño, técnico del área productiva del CIPCA, asegura que una de las mejoras más importantes en Micaya se refleja en el tamaño y sabor de las papas.
"La selección de semilla no era la correcta porque usaban las más pequeñas y mermaba la producción; pero ahora mejoraron el rendimiento de las parcelas y tienen productos nativos orgánicos”, explica el especialista.
Entre vistosas viviendas de paja y barro se encuentran los sembradíos de estos tubérculos tan consumidos en la región altiplánica, donde desarrollan el trabajo bajo un sol inclemente.
Paula Ortiz, quien se desempeña en la comunidad como Mallku de Justicia, indica que para el cultivo de papa utilizan abono de su ganado, libre de sustancias químicas. Éste es un trabajo -confiesa- que demanda mucha dedicación y esfuerzo, pero sobre todo organización entre las familias.
El trabajo comunal en Micaya, no obstante, también se aplica en otros proyectos sociales que benefician a la comunidad, como la construcción de pozos con bombas de agua, atajados de lluvia e inclusive la limpieza general.
"Tenemos muchas necesidades en educación, salud y alimentación, pero siempre nos unimos para lograr nuestros objetivos. Así hemos progresado”, complementa la comunaria Elvira Quispe.
Esto es constatado por Rubén Llusco, técnico socio organizativo del CIPCA, quien afirma que se trata de un pueblo solidario y organizado desde tiempos inmemorables. "Esto los fortalece como comunidad, es un beneficio para las familias que verán de aquí a largo plazo”, agrega.
La crianza de animales criollos y ganado es otra de las actividades que lleva a cabo cada familia por separado y permite diversificar su producción, algo que beneficia a los mismos comunarios, ya que no tienen necesidad de comercializar sus productos con mucha frecuencia.

Con una variedad de herramientas en sus manos, los pobladores de Micaya continúan el legado de la producción comunal, que desde siempre dio resultados favorables y que, sin importar el paso del tiempo, permite que las nuevas generaciones se sumen a este ritmo de trabajo bajo el mismo sol que acompañó a sus antecesores.

85
familias
participan en la agricultura comunal, principalmente con cultivos de papa.

No comments:

Post a Comment