Con la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado en la que se incorporan nuevas formas de elección de alcaldes, alcaldesas, concejalas y concejales, una manera más democrática de remoción de autoridades electas, mediante el revocatorio de mandato (el elegido por voluntad popular, por voluntad popular se va) -en reemplazo del voto constructivo de censura (el elegido por voluntad popular, por voluntad de los concejales se iba), pensamos que los conflictos de gobernabilidad municipal, habrían sido superados, -aunque debemos reconocer que existe mayor estabilidad institucional, lo que no quiere decir que tenemos satisfecha a la población con la calidad de gestión y administración gubernativa.
En el nuevo periodo constitucional, dos maneras se vienen gestando para remover (tumbar) autoridades municipales, una la judicial y la otra la presión social, por la que se obliga contra la voluntad del gobernante la renuncia en el caso del departamento de Oruro, casos como el del alcalde de Chipaya (a quien incluso quisieron quemar vivo), -y que continúa aguardando por más de un año que la justicia constitucional reponga su derecho-, tres de cinco los concejales municipales de Challapata, -dos de los cuales son del partido en función de gobierno- y últimamente del conjunto del Gobierno Municipal de Machacamarca que no termina de superar sus contradicciones.
Los que inicialmente se juraron lealtad mutua en tiempos electorales, una vez en el poder se convierten en "enemigos" políticos, dejando huella de enemistad y bronca incluso después de volver nuevamente a tierra. En esta concepción de la formación de nuestras autoridades tiene mucho que ver al menos la ética vinculada a la política, aunque para muchos se dice que los políticos no tienen ética.
En el caso de Machacamarca, todos estos elementos se contraponen transversalmente a toda su conflictividad, siendo sus principales actores el Comité Cívico de Machacamarca, que no representa a todo el Municipio, el concejo y alcalde municipal que devienen del voto popular.
LA COMPOSICIÓN POLÍTICA PLURAL
La voluntad popular de Machacamarca, encargó la Dirección del Municipio al MSM, cinco concejales municipales fueron distribuidos, dos para el MSM, dos para el MAS y uno para UN.
En poco más de dos años de gestión, hasta el 7 de octubre se creía un concejo compacto en torno a la legalidad y legitimidad que aún gozan y luego se disgrega en dos frentes hasta hoy irreconciliables, una minoritaria UN y MSM – su momento favorable controlar la directiva del Concejo (Presidenta y Secretario) y que se halla legitimada por una parte de la sociedad civil del pueblo de Machacamarca y que cada día se separa de la legalidad, al otro lado se tiene la mayoría del Concejo, dos del MAS y una MSM, su momento favorable que son mayoría, y que tienen su legitimidad en el respaldo de la sociedad rural dispersa, ¿será que la sociedad civil de Machacamarca en los hechos se halla fragmentada en urbana y rural en respaldo de sus gobernantes?
LOS DESEQUILIBRIOS DE LA PRESIÓN SOCIAL
El 3 de septiembre el Comité Cívico de Machacamarca, decide tomar acciones de hecho para exigir primero la renuncia del alcalde y según transcurre el tiempo de todo el Concejo Municipal, argumentan ausencia de obras, aunque el origen va más allá, siendo responsabilidad compartida, no es posible concebir la distribución de recursos económicos en proporciones iguales para cada OTB y cuando una obra se pretende ejecutar y esta no tiene recursos suficientes nadie ceda recursos, aprisionando al gobernador.
La presión social de una parte de la población concentrada/urbana y organizada en torno al Comité Cívico de Machacamarca y el poco o nada respaldo de la población dispersa (comunidades) a su demanda de desestabilidad institucional nos conduce a la pregunta: ¿Qué derecho tiene un grupo minoritario o mayoritario de presión para perjudicar a otro grupo mayoritario minoritario que no presiona y respalda la gestión?
Bajo presión, el pleno del Concejo Municipal en fecha 7 de septiembre es obligado a renunciar, para luego renunciar el alcalde municipal, dejándose vacío el poder local por unos días, que nadie se explica que debe pasar en estos casos, (aunque aquellas renuncias son nulas) y que hábilmente son repuestos por los Concejales renunciantes, pero la pregunta es, en caso de consolidarse aquellas renuncias, ¿quiénes deben tratar la renuncia de los Concejales?
Repuesto el Concejo Municipal, esta instancia trata la renuncia del alcalde, admitiendo en el silencio el rechazo a sus renuncias", declarando el rechazo de la renuncia del Alcalde porque no emerge de la voluntad individual.
Andar bien con el pueblo, pero no con la legalidad, es la opción de los concejales de minoría quienes en la lógica de lograr mayoría en el seno de esta instancia convocan a un concejal electo en el año 2010, pero que por impulso de su partido político pierde su mandato y calidad de funcionario público, que se halla respaldado por resolución Nº 029/2011 de 16 de febrero de 2011, ratificado por TSE-SC 2071/2012 del Tribunal Nacional Electoral y luego de habilitar como concejal tratar una vez más la renuncia del alcalde municipal, ¿corresponde nuevo tratamiento o corresponde la reconsideración?
Por declaración pública de la minoría del Concejo, este ciudadano que dejó de ser funcionario público es hoy supuestamente alcalde municipal, admitido y reconocido por quienes generaron conflicto social en nota dirigida al fiscal de Distrito y que el fiscal sin mayor consideración y siendo el guardián de la legalidad, simplemente deja hacer para dejar pasar.
Frente a la ocupación de las puertas del Gobierno Autónomo Municipal de Machacamarca, la mayoría del Concejo decide instalar sus oficinas de carácter provisional en una comunidad del Municipio de Machacamarca, buscando desde allá reinstalar la legalidad que no es comprendida por la minoría.
La pregunta clave de todas estas acciones contra el sistema municipal, es: ¿Cómo alguien que no es funcionario público, puede ser alcalde municipal?
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