Los habitantes del municipio de Machacamarca, distante a 30 kilómetros al Sur de la ciudad de Oruro, se beneficiaron ayer con la inauguración de su coliseo que estuvo a cargo del Presidente Evo Morales. Al margen de los discursos políticos y de loas al Mandatario y al denominado proceso de cambio, la fiesta fue total con canto y baile de la población.
Aquel hecho se reflejó cuando en medio de la actuación de un grupo folklórico del lugar, del extremo Sur del coliseo aparecieron cinco parejas, los varones con el atuendo de trabajadores ferroviarios y las damas con atuendos variados, desde vestidos de antaño hasta la clásica pollera.
Surgieron bailando un huayño en medio de aplausos de los asistentes a la actividad, del mismo Presidente Morales, que en medio de la coreografía se unió para danzar junto a las personas de la tercera edad. Fue uno de los momentos más importantes de la entrega del coliseo, porque la música tuvo la misión de unir a los bolivianos, sin importar el color político, condición social e incluso, la edad.
DISCURSOS
De la obra misma, no se dijo casi nada, ni siquiera el alcalde de Machacamarca, Daniel Paredez del Movimiento Sin Miedo (MSM), quien ayer dijo estar con el proceso de cambio.
El gobernador de Oruro, Santos Tito, se encargó de destacar la ejecución presupuestaria del Gobierno Autónomo Departamental de Oruro (Gad-Oru) que, según la autoridad, es una de las mejores de los gobiernos departamentales del país.
Mientras que el Presidente Morales habló de la situación económica del país, de los servicios básicos, del ambiente preelectoral de su partido y del accidente que sufrió el equipo presidencial de futsal, motivo por el cual no hubo un partido de inauguración.
COLISEO
El coliseo cerrado situado en el municipio de Machacamarca, fue construido en una superficie de 1.568,62 metros cuadrados, tiene una capacidad para 1.500 espectadores y consta de graderías a cuatro lados de la cancha, camerinos con duchas, cuatro baterías de baños, casilla de ventas (boletería), depósito y un kiosco pequeño.
La obra demandó un costo total de 2.652.939 bolivianos provenientes del Tesoro General de la Nación.
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