Armando Mamani, alcalde electo de Pailón, cambió las celdas de Palmasola, donde guardaba detención preventiva por juicios que le sigue el Ministerio Público por desfalco, incumplimiento de deberes y otras imputaciones. Él dejó ese penal ayer y fue trasladado a Tres Cruces por orden del juez Carlos Camacho Chávez. La decisión judicial causó sorpresa porque en Tres Cruces, a 50 kilómetros de Pailón, solo existe una carceleta que no reúne las condiciones de seguridad que exige la normativa legal.
Armando Mamani habló con EL DEBER sobre su situación y afirmó que las leyes le quitan el derecho a la locomoción, pero no el derecho a trabajar y que, como ahora tiene presencia física en la jurisdicción, ejercerá el cargo de alcalde desde Tres Cruces, al margen de iniciar juicio a los que lo sacaron del cargo por estar usurpando funciones. Restó importancia a la presencia de los concejales en Pailón, argumentando la vigencia de la independencia de poderes.
Otro alcalde
José Alfredo Hurtado, alcalde sustituto de Mamani, por resolución del Concejo, lamentó la actitud de la justicia que vuelve a convulsionar al pueblo, pues en Tres Cruces no hay un lugar apropiado para que el imputado cumpla la sanción judicial. De todos modos afirmó que seguirá trabajando normalmente.
Cívico
Fausto Vaca, dirigente cívico, dijo que el fallo demuestra que la justicia favorece a los que tienen deudas pendientes con el Estado. A su vez, el representabre del defensor del Pueblo, Hernán Cabrera, expresó su malestar y sorpresa por el fallo a favor del alcalde procesado por malversación
Hay ausencia de sentido común
Carlos Hugo Molina - MUNICIPALISTA
Hay que reconocer la habilidad del juez para cumplir lo que dice la ley y que permite a un servidor público seguir en funciones. Lo que el juez debe haber previsto es la seguridad y garantías jurídicas y personal del procesado a fin de que no haya obtáculos para seguir el proceso que se le sigue el alcalde Armando Mamani. Llama la atención que no se sabe si en la población de Tres Cruces existen las condiciones para que el encausado cumpla las sanciones impuestas mientras avanza el juicio.
Es un fallo creativo, pero lo grave es que atenta contra el principio del sentido común porque la detención preventiva debe cumplirse en cárceles apropiadas, adecuadas para evitar el peligro de fuga. De todos modos, es un antecedente funesto para casos similares pendientes de sentencia
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