Después de siete días de conflicto en rechazo a la instalación de la planta metropolitana de residuos sólidos, los pobladores de Colcapirhua levantaron la vigilia y el bloqueo de la avenida Blanco Galindo tras que el Concejo Municipal firmó un pronunciamiento para vetar la construcción del proyecto en su jurisdicción. Sin embargo, los vecinos de Esquilán Grande anunciaron que radicalizarán el bloqueo al botadero exigiendo su cierre.
“Los siete concejales firmaron un pronunciamiento donde expresan al Gobernador su rechazo al emplazamiento de la planta en Colcapirhua; sin embargo, mi comunidad quiere el cierre definitivo del botadero”, afirmó el coordinador cívico en defensa de la Salud, la Vida y la Madre Tierra, Roberto Rocha.
El pronunciamiento se emitió, luego, de que una parte de las OTB observaron la firma de una acta de entendimiento, en la cual el alcalde Milton Garabito se comprometía a pedir la reubicación de la planta, si una vez concluido el estudio TESA se evidencia un daño para la región.
El dirigente de la OTB Colcapirhua Central, Miguel Calle, manifestó que lo que vale es la palabra de los concejales y no la firma en el acta “que no expresa lo dicho”.
El alcalde de Colcapirhua, Milton Garabito, alegó que si los vecinos deciden que Colcapirhua quede fuera del proyecto metropolitano de la planta de tratamiento de residuos sólidos, “cada vecino tendrá que hacerse cargo de la basura en su casa”.
El vocal de la Coordinadora Cívica, Eduardo Galarza, explicó que existen cinco puntos conflictivos en la ubicación de la planta: la afectación al cerro de Cota y las qollqas de Quenamari; el estudio de CLAS-UMSS, que sugiere como lugares propicios a Santivñez, Arrumani y Capinota; la distancia a más de 15 kilómetros de la población; y las nuevas tarifas para el recojo de basura.
Los representantes de 30 OTB debatieron por más de tres horas los motivos para rechazar la instalación de la planta de residuos sólidos. El municipio de Colcapirhua, después de Tiquipaya, es el más observado por el manejo de la basura y los residuos sólidos. La Alcaldía apela, cada año, a un convenio con las Fuerzas Armadas para depositar la basura en un botadero que no reúne las condiciones mínimas. El proyecto metropolitano contempla la participación de nueve municipios y un manejo adecuado.
Carola Ortuño, directora Swiss contact
“Este servicio aún no es un derecho”
La falta de jerarquización del servicio de aseo urbano como un derecho de parte de la población y de las autoridades ha generado que los municipios no cuenten con un presupuesto para un manejo adecuado de la basura. Fruto de este desconocimiento se han creado los botaderos, que en este momento no pueden ser mejorados. Por eso, el proyecto metropolitano está reuniendo todos los componentes técnicos, para dar una solución final a los basurales que están dispersos. Pero, en este momento el conflicto es social, porque en el imaginario de la gente están los botaderos y están pensando que se va repetir. Eso, tampoco, es culpa de la gente, porque realmente ha habido un inadecuado manejo. Pero, tiene que haber un momento en el que haya un consenso y todos tengamos que llegar a un acuerdo, para establecer un lugar. Tenemos que saber manejar el problema en la jurisdicción, es un punto tripatirto. La población tiene que unirse para que se haga un control técnico y adecuado.
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