El nivel de la represa de La Angostura bajó considerablemente y en varios sitios el caudal no pasa el metro de altura.
Esta situación provocó un conflicto entre piscicultores y regantes. Mientras los primeros piden que se cierre la salida del agua para evitar la muerte de los peces, los segundos temen que la medida afecte su producción agrícola. La UMSS comenzó un estudio en la zona.
El conflicto entre los piscicultores y regantes se desarrolla en medio de una serie de análisis que se realizan en la presa, que es la más importante para el riego tanto en el valle alto como en el valle bajo, ante los indicios de contaminación por sustancias químicas y sedimentación.
La toma de muestras fue realizada ayer por técnicos del laboratorio de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) que llegaron al lugar junto a la responsable de la Secretaría de Defensa de la Madre Tierra, Tatiana Sanabria. “El estudio que se inicia hoy (por ayer) está programado para dos meses”, dijo la funcionaria, quien aclaró que “tendrá un costo de más de 36 mil bolivianos”.
Según los técnicos de la universidad que llegaron hasta la presa de La Angostura, este estudio tardará al menos dos meses, razón por la cual en diciembre recién se conocerán las causas por las cuales el agua cambio de color y si la contaminación tendrá efectos adversos sobre las personas o animales.
“Una vez que tengamos los resultados se va a llamar a una reunión interinstitucional entre municipio, Gobernación y el nivel central del Estado a través del Ministerio del Medio Ambiente y Agua, más los representantes de la Federación de Regantes para tomar las acciones correspondientes y evitar un conflicto ambiental a futuro”, dijo Sanabria.
Sin embargo, el tema que está más próximo a generar conflictos en esta zona tiene más relación con la poca cantidad de agua embalsada en la Angostura, pues los límites son tan bajos que en la orilla de las compuertas de la presa ya se ve una especie de playa. También aparecieron pequeñas islas al medio de la laguna artificial según explicó el piscicultor de la zona, Rodolfo Cruz, la poca cantidad de agua provoca que ésta eleve muy rápido su temperatura causando la muerte de cientos de ejemplares de carpa y pejerrey que se cultivan en la zona.
La solicitud de cerrar la salida del agua fue rechazada por los dirigentes de los regantes del valle bajo, quienes aseguran que de hacerlo sus cultivos sobre todo de maíz, se verán duramente afectados.
El presidente de la Federación de Regantes, Carlos Camacho, explicó que “lamentablemente este año no ha llegado las aguas y producto de eso no hemos podido almacenar agua para cuatro municipios. Casi tenemos una largada más y después ya no vamos a tener. También esta represa (La Angostura) no se ha oxigenado bien e incluso ha cambiado de color”.
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