Ubicado en el municipio de Porongo y a 17 kilómetros de la capital cruceña, Las Cruces festeja, entre sombras y duelo, sus 138.o aniversario y la fiesta de la Virgen del Pilar.
“Hace un mes que hemos estado invitando a esta actividad, pero el asesinato que pasó nos ha afectado muchísimo”, manifestó Cristina Zeballos, organizadora de la fiesta patronal.
Ayer, entre las 16:00 y 17:00, se evidenció que en la comunidad no había ni 50 visitantes, siendo que el año pasado, a la misma hora, se contaban unas 200 personas, entre ellas, decenas de motoqueros.
“Desde las 15:00 ya estaba lleno el pueblo, pero ahora no es lo mismo”, indicó Rosa Alvi, que esperaba vender unos 50 platos.
Comercio afectado
“Nosotros hemos decido cerrar el local desde la muerte del joven y vamos a respetar los nueve días”, expresó su propietaria, Elizabeth Balcázar.
La propietaria de la pensión indicó que tres familias se sustentan de la actividad comercial del local. Por dejar de atender en la fiesta del pueblo han dejado de percibir ingresos por valor de Bs 2.500, aproximadamente.
Para hoy la comunidad tiene previsto organizar una kermés de comidas típicas y juegos populares, como la carrera de embolsao, pato enterrao, palo ensebao y chancho ensebao
EN LA COMUNIDAD
ACTIVIDADES
El viernes en la noche se realizó una misa para el jóven Álvaro en Las Cruces. Ayer se llevó a cabo el bautizo de niños y la serenata al pueblo.
Por respeto al fallecido
Los propietarios del local donde sucedio el crimen de Álvaro Escalante decidieron cerrarlo por nueve días.
Comida típica
Locro de gallina, picante de pollo y chicha preparó doña Rosa Alvi para ofrecer a los visitantes que asistieron ayer a la comunidad Las Cruces.
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