Sunday, October 13, 2013

Tres poblaciones se quejan por los malos visitantes



“Hace un tiempo don Basilio casi fue arrollado por una de las motocicletas que llegan al pueblo. Él estaba caminando distraído por la calle, cuando de un momento a otro un grupo de esas motos apareció y si no hubiera sido porque otro señor lo jaló del brazo y lo puso sobre la acera de la iglesia, seguro que esos hombres que vienen en sus vehículos lo hubieran atropellado”, así contó Rosario Mendoza la escena que le tocó presenciar hace varias semanas en Terebinto, uno de los pueblos que es la pascana de los buenos y malos motoqueros.

Lo observado por esta mujer, que el jueves estaba conversando con otras personas sobre lo que había sucedido la semana pasada en Las Cruces, es una situación que se repite todos los fines de semana, cuando de un momento a otro la tranquilidad del pueblo se ve trastocada por el ruido de los motores de las cuadratracks y la música estridente de los parlantes de los rodados, que son adaptados por sus propietarios para convertirse en el centro de la fiesta que improvisan en las calles de los pueblos que visitan.

“No respetan ni la misa. Tenemos que salir a decirles que dejen de hacer bulla o se vayan a otro lado”, comentó Emilse Urgel, una mujer que vende patasca a los motociclistas que llegan hasta su pueblo.

Ella recuerda que años antes los motoqueros eran personas que llegaban en grupos familiares, se reunían en los alrededores de la plaza para conversar y reir, pero que luego de darle vida al pueblo por algunas horas se retiraban.

“Ahora las cosas son diferentes, vienen borrachos y provocan problemas los fines de semana”, agregó Emilse, que espera que haya control de las autoridades policiales en la zona y que los violentos se alejen, ya que su presencia no es bienvenida para el pueblo.

Disparos en el río

Remy Useda, un hombre que vive cerca de las orillas del río Güembé, afirmó que por las noches y las madrugadas del fin de semana, se escuchan casi siempre tiros al aire que lanzan los motoqueros que se quedan a consumir bebidas alcohólicas al borde del afluente.

“Se escuchan los tiros que ellos hacen al aire y por las mañanas en el lugar en que se reunieron hay una gran cantidad de latas de cerveza”, comenta el hombre, que cuando escucha a los motoqueros prefiere pararse a ver su paso, “porque si no, me pueden arrollar”.



Gallinas y perros muertos

María Justiniano, una mujer que tiene su venta en el ingreso a Terebinto, cuenta que además de estar cansada de los escándalos de los jóvenes en moto, lamenta ver cómo perros y gallinas se convierten en víctimas de estos sujetos, que circulan a gran velocidad sin respetar nada.

Marcelino Jiménez, presidente de la OTB de Las Cruces, dice que ahora los que frecuentan las rutas de los motoqueros, son jóvenes que solo quieren beber y hacer escándalo.

“Es cierto que se gana algo de dinero por la venta de nuestros productos, pero estas personas son indeseables”, reclamó el representante vecinal y agregó que pedirá a las autoridades policiales batidas para detener a los violentos.

En Porongo la gente lamenta que estas personas no conduzcan con precaución y les piden respetar a los pueblos

TRAS LA PISTA DE LOS REVOLTOSOS Y EBRIOS
Luego de las circunstancias en las que fue asesinado Álvaro Escalante al caer la tarde del sábado 5 de octubre en la comunidad Las Cruces, la Policía está trabajando para encontrar a los grupos violentos que salen los fines de semana a recorrer los pueblos.

Los agentes policiales están realizando un trabajo de Inteligencia para conocer a los grupos y las personas que se preparan para realizar estas actividades. Esperan saber los puntos de encuentro que ellos tienen y verificar sus recorridos, para ver si cometen excesos o provocan incidentes.

Con esta información se prepararán operativos en diferentes puntos de la ciudad, pera comprobar el estado de los conductores de estos rodados, además de saber si los motorizados cuentan con la documentación exigida y las medidas de seguridad necesarias. También se observará que no porten armas.

La gente de los pueblos espera la presencia de los efectivos, lo mismo que algunas personas que cuentan que en los puntos de reunión de estas caravanas se inician las borracheras. Citan como el más conocido Equipetrol.

Por su parte, el director de Tráfico y Transporte, Roberto Higazy, dijo que todos los motorizados de cuatro ruedas deben ser registrados y tienen que tener placas de circulación.

El trabajo para cuantificar la cantidad de motocicletas de dos y de cuatro ruedas que hay en la ciudad, se comenzará en los siguientes días, para que con esa información la municipalidad coordine con Tránsito y puedan ejecutar operativos de control de manera periódica en la ciudad.

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