Alejados de toda conexión urbana, hace cuatro años muchos aldeanos de la comunidad de Iruni (municipio de Turco, departamento de Oruro) decidieron marcharse a las ciudades y los más arriesgados quisieron probar suerte y cambiar de rubro al extremo: fabricar droga en el propio caserío de sus ancestros.
La educación o la crianza de camélidos para mejorar la economía familiar y el desarrollo comunitario no convencían a la comunidad, ubicada a más de 200 kilómetros de la ciudad de Oruro, persuadidos de que con esas actividades, la pobreza iba ser su eterna compañera. Ni la Alcaldía de Turco sabe a qué se dedican y la comunidad nunca ha presentado ningún proyecto de desarrollo.
El 28 de septiembre, un operativo de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn), luego de encontrar una factoría en pleno altiplano, develó que en la mayoría de las casas de Iruni habían precursores, equipos y productos, como coca molida, cernidores para el ácido sulfúrico, moledoras eléctricas artesanales y otros, para la narcofábrica.
El pequeño caserío, donde la Policía no encontró un solo habitante el día del operativo, porque escaparon, fue calificado de inmediato como el ‘narcopueblo’. Cuenta con 35 viviendas, una capilla y una escuela que, según la concejala del municipio de Turco Felicidad Callex, está abandonada hace más de 10 años, pero aún duda de la actividad extrema a que se dedicaban.
A la comunidad es casi imposible llegar. EL DEBER intentó visitar la zona, pero los propios pobladores de Turco y Crucero convencieron al equipo de prensa de no hacerlo sin las medidas de seguridad necesarias. Los habitantes de poblaciones aledañas, temerosos de que haya represalias en su contra, evitaban dar su nombre completo antes de informar.
Los vecinos de otros pueblos dicen que los pocos habitantes de Iruni se han vuelto ‘muy alzados’ y meten miedo. Un hombre, que evitó identificarse, dijo que desde hace cuatro años se sospechaba de que en ese pueblo estaban en ‘el negocio’.
Otro recomendó que desistiéramos del viaje porque se corría mucho riesgo. “Hemos visto camiones grandes llegar hasta cierto lugar y luego vienen vehículos pequeños 4x4 y recogen algo para llevarlos a esa población. Esa gente ya no vive ahí, están en Cochabamba, La Paz, Oruro y Chile. De vez en cuando vienen, están dos semanas y se vuelven”, señaló la fuente, que evitó identificarse.
“Una vez los visité y yo que vivo a unos 20 kilómetros, me dijeron que era soplón. Nunca más volví por ahí”, declaró Ausberto Flores. Otro residente reveló que en las fiestas, la gente de Iruni llega en “4x4 y Hilux”
Advierten Presencia de extranjeros
Los pobladores de comunidades cercanas a Iruni, en el municipio de Turco (Oruro), aseguran haber visto a extranjeros rondando por las comunidades cercanas.
“Quizá sean peruanos o colombianos pero no son bolivianos”, dijo un residente de la comunidad de Cosapa.
Por la cercanía con la frontera con Chile, se esperaba que también haya ciudadanos del lugar involucrados en narcotráfico. Sin embargo, los pobladores rechazaron ese extremo.
En Turco, un hombre dijo haber visto a gente extraña, que no son originarios del lugar, por su forma de vestir y de cómo hablan.
La Felcn está coadyuvando con las investigaciones del Ministerio Público de Oruro, que se prepara para una nueva incursión en Iruni.
Más sobre el caso
Dos policías heridos
El comandante de la Felcn de Oruro, Javier Mendoza, informó a EL DEBER de que en meses pasados se tuvo que lamentar un ataque armado contra dos policías cerca de la población de Crucero, a unos 20 kilómetros de Iruni. En el caso del ‘narcopueblo’, todavía no se ha detenido a ninguna persona, pero el caso ya lo investiga la Fiscalía departamental.
Suspenden Censo Agropecuario
Empadronadores del censo agropecuario de Turco manifestaron su temor por ingresar a Iruni para terminar el empadronamiento que se realiza. Antes de conocerse el operativo policial, habían solicitado que los pobladores que viven en Chile y en el interior del país, regresen para hacerse censar.
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