El conflicto de Eucaliptus, población ubicada a 60 kilómetros al norte de la ciudad de Oruro, provoca caos en la administración municipal, porque los padres de familia no permiten el retorno del alcalde municipal, Federico Villán, para cumplir sus obligaciones.
Los comunarios de Eucaliptus, respaldados por los concejales de esa población, cerraron las puertas del municipio, colocaron candados y exigen la renuncia del Alcalde, para resolver este problema que derivó la pasada semana en el bloqueo de la carretera internacional Oruro-La Paz.
Ayer no hubo enfrentamientos ni bloqueo de la carretera, pero los comunarios advirtieron que retomarán las medidas de hecho, si el Alcalde persiste en su afán de retornar a su puesto de trabajo y reclamaron una minuciosa investigación de los daños ocasionados en la ejecución de obras para el establecimiento educativo.
Federico Villán explicó ayer, vía teléfono, que su objetivo es “retornar a su fuente de trabajo y viabilizar la investigación del caso, porque no le corresponde asumir responsabilidades de un proyecto que ha sido adjudicado y licitado antes que yo asuma el cargo”.
Dijo que existen “afanes políticos en el caso”. Villán es militante del Movimiento al Socialismo, al igual que la mayoría de los concejales, pero ninguno de ellos se entiende para resolver el conflicto. La administración municipal se encuentra paralizada desde hace una semana.
Los comunarios exigen la conclusión del edificio para el centro educativo, pero “las paredes se están movimiento” y “no existe seguridad para que los estudiantes puedan ocupar las aulas”.
Por el momento, los estudiantes y docentes pasan clases en ambientes prestados de los vecinos.
Ayer, el tráfico de motorizados era normal en la carretera Oruro-La Paz. Las autoridades de Tránsito advirtieron que los transportistas deben tomar precauciones para evitar sorpresas.
A la altura de Panduro, la Policía destinó un grupo de uniformados para evitar un nuevo bloqueo del camino.
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