´Rurre´ se levanta de a poco del lodo tras el dolor a causa de las riadas

A 30 días de uno de los mayores desastres registrados en Rurrenabaque en el que murieron diez personas, la población empieza a reconstruir este municipio beniano afectado por las inundaciones.

“Después de la tormenta llega la calma”. Esta frase bien puede aplicarse a lo que está viviendo Rurrenabaque después de que, hace 30 días, el deslizamiento de un cerro acabara con la vida de diez personas y el rebalse del río Beni, dejara prácticamente en la calle a decenas de familias. Hoy las clases se han normalizado y los trabajos para reconstruir este pueblo turístico van ‘viento en popa’.

Los negocios situados en la orilla del río Beni fueron los que afrontaron con rigor los embates de las inundaciones y crecida del afluente. En estos lugares y en varias calles del centro de este municipio beniano, colindante con el departamento de La Paz, hoy se observa grandes cantidades de barro, reporta Rolando Aparicio, periodista de EL DEBER.

Los pobladores y maquinarias de la Alcaldía de Rurrenabaque están enfocados en despejar el barro de las calles y reacomodar las casas que puedan ser habitables, aunque hay muchas familias que han perdido sus viviendas y pertenencias.

Además del levantamiento de viviendas, otra de las preocupaciones es hacerle frente a las enfermedades como el dengue, explicó Aparicio. Para ello brigadas de salud trabajan en atender a los pobladores.