Tuesday, October 8, 2013

Diamantes El secreto guardado por los volcanes en los Lípez


“Fama constante hay y yo lo vi, muchas veces en la provincia de Los Lípez (sudoeste de Potosí) al igual que en la de Atacama, su vecina, había finísimos diamantes y que por un poco de coca, que no valía dos reales, había dado una india vieja un puñado de ellos, brutos que valieron en España muchos ducados”, afirma Pedro Alonso Barba, en su célebre libro “Arte de Los Metales”, cuya edición fue autorizada por Paulo de Barondelet en Madrid-España el 28 de septiembre de 1639.

En cuanto al potencial minero que tiene la meseta andina de Bolivia (La Paz-Oruro-Potosí), la revista Nuevos Horizontes de EL DIARIO, revela aspectos puntuales del trabajo de cuantificación desarrollado por el sacerdote español Barba, hace cinco siglos.

En sus apuntes afirma: “En una de las jornadas (travesías a pie) que hay desde Potosí a Los Lípez junto a la que llaman Aguas Calientes, por la que allí mana (brota), hay una pampa llena de género de piedras cristalinas, puras y transparentes, labradas de la naturaleza, en ángulos que rematan en punta”.

“Recogí cantidad de ellas -prosigue- todas las veces que por allí pasé, admirando de su hermosura, porque parecía cada una un sol a la reflexión de sus rayos; la mayor que hallé era del grosor de un dedo pulgar”.

DIAMANTES EN LAVA FÓSIL

Los diamantes son expulsados desde la profundidad de la tierra, por la ERUPCIÓN VOLCÁNICA en el magma (lava), este se enfría en rocas ígneas: kimberlitas, adoptando diferentes tonos de coloración: azul, rosado, negro, rojo, violeta, verde, amari-llo, etc.

“Turquesas muy finas se sacan en Atacama, una ví yo en Los Lípez, tan grande como un real de a dos; es gala muy estimada (apreciada) entre los indios de esta provincia, traer sartas de pedrezuelas de este género menudas y curiosamente labradas, traenlas los varones más gruesas a los cuellos, como gargantillas”.

Generalmente, los diamantes se forman en profundidades de 140 a 190 kilómetros, en temperaturas de 1.000 grados centígrados y a unos 50 kilobares de presión, es decir el diamante es la piedra más dura utilizada en la industria, con preferencia en la elaboración de joyas por su estructura y belleza.

“Amatistas hay muchas en el cerro de su nombre, que está junto al asiento de Minas de Esmoruco y en el rico de Santa Isabel del nuevo Potosí, se sacaban entre sus metales de plata, riquísi-mas y maduras piedras de este género, hay las también hacia el Paraguay y Buenos Aires críanse en sus pampas o llanadas (planicies) debajo de tierra, que se llaman cocos, que son como bolas, tan grandes como una cabeza de puntas de durísima piedra de casta de pedernal, maravillosamente labradas por la naturaleza.”

MUERTE EN “LA HEDIONDA”

“Recién descubierto, el rico asiento minero de San Cristóbal de Los Lípez, fui yo a aquella provincia, en este tiempo en un hermoso alto y muy capaz cerro, que con otras lomas, rodea el sitio en que se po-blaron los mineros, descubriéndose dos de nación gallegos, una veta que al principio se llamó de su nombre y después hasta hoy La Hedionda por sus nocivos efectos”.

“Comenzose a sacar metal muy rico Tacana entre Calichal blanco y poco a poco se ahondó no se pudo pasar adelante (avanzar); porque el mal olor que de allí salía, lo impidió con muerte de algu-nos indios de los que en ella trabajaban”.

“Déjose- continua Barba- por más de cuatro o cinco años, al cabo de los cuales, estando también yo presente, intentó otro minero proseguir en la labor, por la riqueza del metal y parecerle que en tanto tiempo ya habría desvahodado (ventilado) y evaporarse el mal olor, pero cóstole la prueba dos indios que se murieron, luego con lo que se dejó hasta hoy”.

Barba, fue testigo de la muerte de muchos mineros en su mayoría indígenas lipeños, quienes se internaban en las profundas galerías, para sacar el mineral, cargando sobre sus espaldas “botas” (mochilas de cuero), envueltos en ga-ses tóxicos, no tenían salvación, encontraban su final, en forma irremediable.

FRANJA DE FUEGO DEL PACÍFICO

La faja polimetálica del altiplano de Boli-via, Cordillera Occidental de los Andes, limítrofe con Chile, es la “zona caliente” formada por más de 35 volcanes en su ma-yoría “dormidos” (inactivos), toda esta franja que se extiende a lo largo de nuestro continente forma parte del “Cordón de Fue-go del Pacífico”.

“El Uruputuncu”, “Tata Sabaya”, “El Utu-runcu”, “Caltama”, “El Asotán”, actualmente expulsan desde sus altos conos, delga-das “fumarolas”.

Toda esta meseta está constituida por o-tros volcanes como: “El Challviri”, “Licancahur”, “Putana”, “Quetena”, “Apacheta”, “Chico”, “Ollague”, “Parinacota”, “San Ja-vier”, “Chascos”, “Chiguana”, “Llipe”, “Julina”, “Tunupa”, “Cerro Grande”, “Chachacomani”, “Pilaya”, “Isluga”, “Inca Camacho”, “Pachayatas”, “Chaturi”, “Khaspani”, “Pay-rumani”, “Sajama” y otros.

Hace miles de años, estos imponentes volcanes expulsaron abundante magma, en esa “lava fosilizada”, Barba en el siglo XVI, durante sus expediciones y largas caminatas por esos desolados parajes encontró diamantes, gemas de diverso tamaño y tonalidad.

No existe vegetación en toda esa zona próxima al cordón volcánico, el silencio es absoluto, uno siente la sensación de estar caminando en otro planeta.

En la década del 80‘ a bordo de las aero-naves “Learjet 35A” del Servicio Nacional de Aerofotogrametría de la FAB, realicé va-rias misiones de exploración y reconoci-miento, sobrevolando la meseta de Sud y Nor Lípez (Potosí).

Desde el aire se puede apreciar los campamentos mineros en los cráteres de estos volcanes de empresas dedicadas a la extracción y explotación del azufre, tanto en el lado boliviano como en el sector chi-leno.

En expediciones terrestres posteriores, pude establecer en el mismo terreno el potencial que tiene el sudoeste de Potosí, con recursos estratégicos: litio, boro, ulexita (evaporíticos); en los salares: Uyuni, Coipasa, Chiguana, Empexa en la desem-bocadura del Río Grande de Lípez.

Grandes reservorios de agua dulce subterráneo, como el bofedal de Quetena Chico, vientre madre del Silala, una delgada vena discurre por debajo de la tierra y re-brota en ojos en el límite fronterizo con Chile, país que canalizó este caudal para favorecer a varias poblaciones asentadas en el desierto de Atacama, entre ellas Chuquicamata, la mina de cobre más grande del mundo usurpada a Bolivia por asalto armado en 1879.

El proyecto geotérmico “Sol de Mañana”, cerca a Laguna Colorada, ofrece las mejo-res perspectivas para la electrificación de esta zona, constituida por la Reserva Natu-ral de Fauna y Flora Andina “Eduardo Ava-roa”, con notable afluencia de turistas que llegan a este desierto considerado como uno de los más bellos del continente.

URANIO-ORO-COBRE

La meseta de Los Lípez, compuesto por montañas, volcanes y subsuelo, que se ex-tiende en el sudoeste de Potosí, guarda en sus entrañas recursos estratégicos cuanti-ficados por diversas instituciones que rea-lizaron estudios de prospección en esta zo-na próxima a la frontera con Chile.

Está confirmada la existencia de Ura-nio, (Los Lípez-cumbres de Los Chichas) un material radioactivo de alto poder, por razones obvias no se puede, ni debe pro-porcionarse los sitios donde se encuentra este mineral valioso, utilizado en reactores nucleares, armas atómicas y diversas ra-mas de la industria aeroespacial.

El misionero Barba, a bordo de un ga-león, zarpó de España en junio de 1588, navegando por el Atlántico, después de tres años de largo viaje, llegó a Tarabuco (Chuquisaca), de ahí se trasladó a San Cristóbal (meseta de Los Lípez), durante su formación sacerdotal, acumuló conoci-mientos básicos para dominar el arte de las aleaciones metalíferas, con procedi-mientos rústicos de esa época en la fundición y transmutación de metales diver-sos.

“El Arte de Los Metales” con información primaria en torno a la exploración, explota-ción y refinación, fue condensado y re-edi-tado por la Sociedad Geográfica y de His-toria de la Casa de la Moneda de Potosí, saliendo a circulación en febrero de 1967.

Antenor Fernández Yañez Cel. 73041229.

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